LA CONEXION DEL SISTEMA INMUNITARIO: LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

P: ¿Qué es la enfermedad de Alzheimer y a quién afecta?

R: La enfermedad de Alzheimer es un cuadro degenerativo del cerebro que conlleva la pérdida gradual de las células cerebrales y que está caracterizada por formaciones anormales de placas en el cerebro. La enfermedad progresa hasta el punto en el que la persona pierde la capacidad de hablar, controlar los movimientos y responder a eventos que ocurren a su alrededor. Algunas señales de aviso del Alzheimer son pérdida de memoria, dificultad para realizar tareas simples y familiares, problemas de comunicación, desorientación y cambios en la personalidad. La edad avanzada es el factor de riesgo más importante para esta enfermedad.

En los Estados Unidos, más de cuatro millones de personas padecen la enfermedad de Alzheimer, y se cree que el número subirá a 16 millones en el año 2050 (Asociación de la enfermedad de Alzheimer - Alzheimer’s Association). La Organización Mundial de la Salud comunicó que aproximadamente 37 millones de personas en el mundo entero padecen demencia, siendo la enfermedad de Alzheimer la que constituye la mayor cantidad de casos. Los síntomas de la demencia son desorientación, problemas de razonamiento e incapacidad de realizar tareas simples.

La pérdida gradual de la memoria, que durante mucho tiempo fue considerada como parte del proceso de envejecimiento, puede ser un síntoma de un problema más serio.

P: ¿Cómo funciona el sistema inmunitario?

R: La capacidad del sistema inmunitario de proteger su cuerpo es tanto instintiva como aprendida. En otras palabras, el sistema inmunitario lucha contra invasiones con respuestas innatas y adquiridas. Toda persona nace con inmunidad innata, la capacidad del sistema inmunitario de reconocer regularmente los invasores externos. Además de las defensas pasivas como ser la piel, la mucosidad y los ácidos estomacales, el sistema inmunitario innato también contiene mecanismos activos de respuesta inmunitaria que incluyen a los linfocitos citolíticos naturales, o células NK, y a los macrófagos. Al igual que todos los agentes de defensa innatos de primera línea, los linfocitos citolíticos naturales no necesitan exposición previa a un microbio infeccioso para actuar. Simplemente reconocen a las células extrañas y se ponen a trabajar.

Cualquier sustancia que desencadena una respuesta inmunitaria se denomina antígeno. A veces un germen traspasa su sistema inmunitario y usted se resfría, engripa o algo más grave. Una enfermedad es una señal visible de que su sistema inmunitario ha fallado en detener al germen. Pero usted luego se mejora; y esa es prueba de que su sistema inmunitario está haciendo su trabajo. El mismo recolecta información acerca del invasor, prepara una defensa y lo elimina de forma apropiada. Si su sistema inmunitario no hiciera nada, la infección eventualmente infestaría su cuerpo.

Desafortunadamente, aún el sistema inmunitario innato más fuerte no puede tratar con todos los tipos diferentes de microbios a los que nos enfrentamos diariamente. Allí es donde entra en juego la inmunidad adquirida. Las células inmunitarias aprenden nuevas habilidades y construyen nuevas herramientas para enfrentarse con los invasores microbianos en continuo aumento. Pero para que este sistema se prepare para atacar, primero debe reconocer una amenaza antes de poder construir las herramientas para combatirla. Ésta es la razón por la cual a veces se siente como si “estuviese incubando algo” durante varios días. La buena noticia es que luego de que el sistema inmunitario adquirido construye las herramientas para una infección específica, la recuerda y está preparado para un nuevo ataque.

La inflamación es una respuesta inmediata del sistema inmunitario ante una infección o lesión, como por ejemplo cuando se hace un corte en el brazo. En la mayoría de los casos, como el sistema inmunitario resuelve el problema, las células inmunitarias luego se retiran del área y la inflamación y la hinchazón desaparecen. Pero ocasionalmente, las células inmunitarias no se retiran y la inflamación continúa, creando un problema crónico dentro del cuerpo. Los investigadores están comenzando a descubrir un vínculo entre la inflamación crónica y una gran cantidad de cuadros clínicos, entre ellos, la enfermedad cardiovascular, la diabetes y la enfermedad de Alzheimer.

A veces el sistema inmunitario comete un error y actúa de manera inapropiada frente a una situación particular. Uno de estos errores es la autoinmunidad. Por razones no comprendidas completamente por los científicos, el sistema inmunitario comienza a atacar a las células, tejidos y órganos del cuerpo de la misma manera que reaccionaría normalmente ante un germen. Los procesos autoinmunes incluyen alergias, fibromialgia, artritis reumatoide, síndrome de fatiga crónica y muchas otras enfermedades.

P: ¿Qué conexión tiene la enfermedad de Alzheimer y el sistema inmunitario?

R: Recientemente han habido investigaciones que demostraron que al igual que el sistema cardiovascular y los trastornos metabólicos, el cerebro puede ser susceptible a problemas asociados con la inflamación. La inflamación es una respuesta normal generada por el sistema inmunitario ante amenazas de gérmenes o bacterias que invaden al cuerpo. Como hemos mencionado anteriormente, en ocasiones, las células inmunitarias no se retiran y la inflamación continúa, creando un problema crónico dentro del cuerpo. La inflamación crónica en la vía neurológica puede disminuir el flujo sanguíneo al cerebro, causando estrés en el cerebro y reduciendo la utilización de oxígeno. Cuando el cerebro se encuentra bajo presión, desgasta energía valiosa al tratar de defenderse, en lugar de centrar sus esfuerzos en funcionar de manera óptima. Cuando el sistema inmunitario funciona de manera correcta, es capaz de proteger al cerebro de las causas dañinas de inflamación y reducir la presión del cerebro para que éste alcance su mayor rendimiento.

P: ¿Cuáles son algunos de los nutrientes que se utilizan para estar protegido de la enfermedad de Alzheimer y de otros trastornos cerebrales?

R: La ciencia ha descubierto algunos nutrientes importantes que pueden respaldar al sistema inmunitario y ayudar a proteger su cuerpo de la enfermedad de Alzheimer y de otros trastornos que debilitan al cerebro.

• Factores de transferencia
Los factores de transferencia, pequeñísimas moléculas que transfieren la inmunidad de una entidad a otra, pueden reforzar o balancear el sistema inmunitario, sea cual fuere la situación particular que su cuerpo requiera. Estimulan la capacidad del sistema inmunitario de recordar invasiones pasadas, permitiendo que su cuerpo responda más rápidamente a similares amenazas a la salud. Los factores de transferencia también educan a las células inmunitarias ingenuas acerca del riesgo actual o potencial en su cuerpo, dándole además un plan de acción, además aceleran la fase de reconocimiento de una infección. Los factores de transferencia pueden ser extraídos de una gran variedad de fuentes. Las dos fuentes más poderosas y más abundantes son el calostro bovino (primera leche) y los huevos de gallina. Al combinar estas dos fuentes de factores de transferencia, se obtiene un amplio espectro de respaldo, al utilizar la fuerza de dos animales para alcanzar el poder máximo para su sistema inmunitario. En el caso de la enfermedad de Alzheimer, los factores de transferencia pueden inhibir un sistema inmunitario hiperactivo y desestimular la respuesta inflamatoria. Una vez que la inflamación se encuentra bajo control, el cerebro puede funcionar nuevamente de manera normal.

• Vinpocetina
En diversos estudios, la vinpocetina ha demostrado mejorar la circulación sanguínea y la utilización de oxígeno en el cerebro, incrementar la tolerancia del cerebro frente a la disminución del flujo sanguíneo, e inhibir la acumulación anormal de plaquetas que puede interferir con la circulación o causar un accidente cerebrovascular. En un ensayo clínico que se realizó para estudiar los efectos de la vinpocetina en el tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico agudo, el puntaje en la escala para accidentes cerebrovasculares del Instituto Nacional de Salud (National Institute of Health Stroke) mejoró significativamente en el grupo tratado con vinpocetina luego de tres meses de seguimiento.

• Fosfatidilserina
La fosfatidilserina (FS) es un fosfolípido de origen natural o “grasa buena” que es esencial para el funcionamiento de todas las células del cuerpo. Los tejidos cerebrales son especialmente ricos en FS. La fosfatidilserina funciona como un regulador de las células cerebrales en relación con la neurotransmisión y comunicación sináptica, ambos elementos clave para conservar la memoria, la capacidad de aprender y mantener la concentración.

• Huperzia serrata
La huperzia serrata (Huperzina A) funciona inhibiendo la enzima que descompone el acetilenocolino, un importante químico cerebral para el aprendizaje y la memoria. Las investigaciones muestran que las personas con disfunción cerebral común por lo general tienen niveles inferiores a lo normal de acetilenocolino.

EVIDENCIA DE EFICACIA

Charles D.
Kansas

Mi esposa tiene 79 años y le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer hace varios años. Estaba tan mal que no podía ni siquiera recordar su propio nombre. Mi hijo encargó determinados nutrientes de todas partes del mundo. Mientras tomaba estos nutrientes podía reconocer a las personas e interactuar con bastante éxito. El problema era que cuando estos ingredientes se compraban en forma individual, le costaban a mi hijo más de quinientos dólares por mes. Mi esposa comenzó a tomar un producto compuesto por factores de transferencia, vinpocetina y huperzia serrata. Este producto es maravilloso. Si no lo toma por un par de días, está completamente perdida. Comprendo que no es una cura, pero es agradable poder tener a mi esposa alerta la mayor cantidad de tiempo posible.

Cathy H.
Washington
Mi hijo tiene problemas de depresión e hiperactividad. Comencé a darle un producto compuesto por factores de transferencia, fosfatidilserina y huperzia serrata. En razón de días, comenzó a recibir comentarios positivos sobre el grado de concentración por parte de su maestra. Aproximadamente un mes más tarde, le agregué una segunda cápsula (una para la mañana y una para la noche) y sus calificaciones subieron de 50 a 80 y a 90. Realmente le doy el crédito a este producto por este incremento en su capacidad de prestar atención, retener conocimientos y concentrarse.

Kay B.
Kansas
Comencé a tener problemas con el proceso de pensamiento en 1989. En aquel entonces, trabajaba como encargado de un gimnasio. Mi jefe me tuvo que reasignar a otras tareas. Comenzó a investigar arduamente y me encargó nutrientes de vanguardia para ayudarme con mi problema. Lentamente mi mente comenzó a mejorar, y pude asumir responsabilidades administrativas. Luego descubrí un producto compuesto por varios de los ingredientes individuales que había estado tomando. Este producto contiene como ingredientes, factores de transferencia, vinpocetina, fosfatidilserina y huperzia serrata. Puedo observar una gran diferencia cuando no tomo el producto por un par de días. Aún sigo siendo el encargado del gimnasio.

Feigin VL, Doronin BM, Popova TF, Gribatcheva EV, Tchervov DV: Vinpocetine Treatment in Acute Ischaemic Stroke. Department of Epidemiology and Preventive Medicine Institute of Internal Medicine Siberian Branch of the Russian Academy of Medical Science Novosibirsk. Eur J Neurol 2001 Jan;8(1):81-5